El VAR despertó del sueño de la Champions al Real Madrid. El conjunto blanco demostró que no es imposible ganar y ser superior al FC Barcelona, al que anularon y sometieron durante 50 minutos, hasta que una decisión más que polémica de la árbitra, previa consulta con el videoarbitraje, permitieron a las culés igualar el encuentro. La finlandesa fue la protagonista inesperada de un encuentro en el que Olga Carmona desató la euforia en la primera parte, pero Alexia, en dos ocasiones y Claudia Pina rebajarían para dejar más que encarrilada la eliminatoria para las culés.
La fiesta del fútbol femenino llegaba a Valdebebas. Gran entrada en el Di Stéfano para presenciar un partido histórico, el primer Clásico a nivel europeo. En su primera participación en la Champions League, el conjunto blanco quería soñar en grande ante el vigente campeón, un imparable Barça que cuenta sus partidos por victorias este curso. La misión parecía casi imposible para las locales, más aún tras lo sucedido en los enfrentamientos directos entre ambos esta temporada.
De inicio, sorprendía Alberto Toril en su once, donde prescindía de la capitana Ivana y de Kenti Robles. Salían las blancas con: Misa; Lucía Rodríguez, Peter, Rocío, Svava; Teresa, Zornoza; Athenea, Oroz, Olga; y Esther. Por su parte, el Barça de Giraldez repetía el equipo del último precedente, en el que se proclamaron campeonas de Liga, formado por: Paños; Torrjón, Pereira, Mapi León, Ouhabi; Guijarro, Bonmatí, Putellas; Graham Hansen, Rolfo y Jenni Hermoso.
El plan del técnico madridista pasaba por superar en el centro del campo a las culés, poblando con hasta cinco futbolistas la medular. El conjunto blanco trató de incomodar desde el inicio y lo logró, con una presión que llevó a Putellas y Guijarro a perder un balón que le quedó a Esther. Estaba muy sola la delantera madridista, que aguantó bien en la conducción hasta que vio como Olga Carmona aparecía por la izquierda y no perdonaba ante Paños.
Saltaba la sorpresa en el Di Stéfano, en lo que eran los primeros minutos de la temporada en la que las culés iban por detrás en el marcador. Trataron de enmendarlo saliendo en tromba al ataque, pero sin apenas peligro. Por el contra, las blancas buscaban la espalda de la defensa constantemente en cada recuperación, dando la sensación de que el segundo estaba mucho más cerca que el empate. Pudo llegar con un disparo de Zornoza desde la frontal que no salió con fuerza.
El Barça se hacía con la pelota mediada la primera parte, empezando a dominar en las proximidades del área madridista, donde no había espacios para comprometer a Misa. De hecho, seguía generando mayor peligro el conjunto blanco, explotando al máximo la presión, robando y saliendo rápidamente. De hecho sus transiciones. Pudo llegar de hecho el segundo con Teresa y Esther.
La superioridad madridista se hacía cada vez más evidente ante un Barça sobrepasado y desquiciado. A balón parado estuvo a punto de llegar el segundo de las madridistas, después de que Zornoza pusiera un gran balón en una falta lateral para que Esther de nuevo controlase y la estrellase en el palo. En otra nueva oportunidad pudo ver puerta la delantera granadina, pero atrapó abajo Paños.
El VAR desarmó a un gran Madrid
Con la euforia disparada se llegaba al descanso en Valdebebas y no era para menos, puesto que Toril y sus chicas habían conseguido anular por completo al todopoderoso Barça. Sin embargo, la alegría duraría poco tras la reanudación. La finlandesa Lehtovaara, árbitra del partido, se encargó de que las culés igualaran desde el punto de penalti el encuentro. Tras un rechace de Misa por alto, Olga y Hansen pugnaron sin éxito por la pelota, que acabó despejando a córner Rocío. Aunque la colegiada estaba bien situada y dejó seguir, desde el VAR la llamaron a comprobar una jugada en la que aparentemente no hubo nada y de la que surgió una pena máxima que llevó a Alexia a empatar.
A partir de ahí cambió el guion del partido. El conjunto culé se vino arriba ante un conjunto madridista cuya incredulidad crecía a medida que avanzaba el partido, por las decisiones siempre a favor de las culés que tomó a partir de entonces la finesa. El Barça logró asentarse en el partido, a la par que a las locales se las iba agotando la gasolina. Aún así, no dejaron de intentar buscar las cosquillas de la defensa culé, con una inagotable Esther que se veía sola y con muchos metros por delante para llegar al área.
Con el Barcelona cada vez más volcado sobre la meta de Misa, parecía cuestión de tiempo que cayese el segundo y así fue. Sandra Pina aprovechó un rechace para disparar y batir a la guardameta madridista, poniendo el segundo y en el último minuto dejaba prácticamente sentenciada la eliminatoria otro gol de Alexia, a la contra.